¿Crees que estamos todos conectados?... Yo desde pequeña he tenido un sentido de algo mayor presente en mi vida. Al principio pensando en el poco sentido que tenía que solo tuviéramos una vida estaba segura de que reencarnábamos al morir. ¿En qué? Ni idea... Pero en algo. Era una de esas verdades universales para mí, como: el sol sale y es de día o la noche es oscura o los árboles son verdes por sus hojas. Igual: Nosotros no morimos, somos muy inmensos para eso.
Y es que está la incertidumbre de toda la vida de: Dentro de nosotros... ¿Qué hay? ¿Qué nos hace diferentes a los otros animales? Y aclaro, no gobernantes tiranos por encima de todo lo demás, sino peculiares por nuestras características, al igual que todos los demás seres.
Nosotros, tenemos ese algo que no es palpable, eso que vive en nosotros y no se puede ver que tiene sentimientos, que piensa, analiza, se comunica, responde. Claro, tenemos cuerpo y existe una relación directa entre esto que llamamos espíritu o alma y nuestra parte física. Los límites entre ambos son realmente difusos, no sé si existirá alguien que pueda decir: aquí termina mi cuerpo y comienza mi alma. Para mí es más fácil vivir con la idea utilizando mi imaginación, que tampoco me falta si soy honesta.
¿Crees que es posible reflejar tu espíritu en tu cuerpo? Yo creo que sí. Como artista en evolución y amante de los rostros y expresiones humanas puedo decir que más que unas facciones finas o un cuerpo esbelto llama la atención una mirada profunda, una suavidad en la sonrisa, una comodidad en la forma de tener el cuerpo y una intensidad al caminar o detenerse. Es hermoso... Y es algo que no muta con el cambio del exterior, sino con el cambio del interior, de tu manera de percibirte a ti mismo y a los demás.
Hay una belleza en las personas cuando observan algo que les fascina, se olvidan de sus complejos o las cosas que los tormentan día a día y por un momento se dejan ser, sin barreras. Ahí, hermanos, es cuando realmente se puede ver el alma. Ese llamado niño interior, esa alegría perpetua, es lo que todos tenemos encerrados dentro nuestro y no dejamos salir por miedo o, mejor dicho, por ignorancia... por olvidar mirar hacia fuera.
Aunque creas o no creas que eres amado y protegido a cada momento por la persona más perfecta que existió en este mundo, no hay razón para no mostrar lo que eres. Creas que eso que los otros percibimos es fruto de una serie de reacciones químicas que mandan hormonas al aire y hacen que los demás respondamos a ellas o creas que es la parte perfecta dentro de ti manifestándose a los demás, es totalmente insensato mentirte a ti mismo y a los demás actuando de forma que no eres, prohibiéndote ser libre de observar y captar, de sentir y sonreír, de vivir de verdad. No tiene sentido el privarte de compartir esa alegría interna con todos, entre todos.
...Hace poco, viendo por la ventana, observaba a parejas de diferentes edades: unos jóvenes cerca de mi edad, de veintitantos; otros empujando un carrito con su bebé; otros, bastante maduros, caminando juntos hacia la basílica... Los primeros expresaban un ardor juguetón y alegre, caminando dando tumbos, totalmente descordinados, compartiendo cariños y sonrisas de embobados; los segundos con una pequeña distancia y paso un poco más lento, mirándose de vez en cuando con lo que a lo lejos podía distinguirse como cansancio y, me atrevería a decir, intentos de ánimo; la última caminaba con los brazos entrelazados de la forma clásica: la mujer agarrando al esposo del brazo y este con el brazo doblado pegado a su tripa...
Esa simple imagen ya es enternecedora, pero lo que me llamó la atención fue el hecho de que sin siquiera mirarse caminaban de una manera tan coordinada que parecían uno: pie derecho a la vez, pie izquierdo a la vez... y, curioso... el esposo estaba a la derecha, la esposa a la izquierda, cuando daban un paso con el pie derecho la mujer movía el brazo izquierdo, y cuando daban un paso con la izquierda el hombre movía el brazo derecho... Parecían dos hechos uno... Dos hechos uno...
Vuelvo y pregunto, ¿creen ustedes que estamos todos conectados? Yo puedo decir que lo creo fielmente, observando es imposible no darse cuenta. Ver pequeños detalles que hacen que el porvenir de un "desconocido" sea alterado por la decisión de otro, te hace pensar en la historia de todos, entre todos. Esta realidad se hace realmente evidente con la evolución de las relaciones amorosas, el lazo madre e hijo, las uniones entre hermanos y las amistades verdaderas. Cada vez son menos necesarias las palabras y más utilizada la intuición, o lo que yo considero, el lenguaje del alma.
Muchas son las cosas que podemos percibir con este lenguaje poco conocido y desarrollado, pero por ahora me contento con expresarles mi pasión por los insignificantes integrantes de este mundo y grandes universos que somos cada uno de nosotros.