
¿Cuál es la verdad?... ¿Alguno sabe
responder? La verdad parece tan evasiva, tan insensible. Parece una reina
que nos cree a todos sus súbditos inmerecedores… O al menos así la pintamos.
¿Quiénes realmente quieren conocer la
verdad? Creo que esta sería la pregunta más correcta… ¿Cuántos creen que
existe? ¿Cuántos intentan buscarla? ¿Cuántos creen que la ignorancia es la
mejor forma de vida?
Muchos, por no decir todos, realmente no
queremos encontrarla. Ya sea por miedo a que la mentira que tanto nos gusta
quede al descubierto y no podamos seguir refugiándonos tras ella, o por el
simple hecho de que no tenemos el más mínimo interés.
¡Qué fácil es decir: “Todo es relativo” o
“Las cosas dependen del punto de vista”! ¡Qué mediocres podemos ser! Y es que,
en realidad, pensar es un esfuerzo… para muchos duele pensar. Al igual que
aquel sedentario, tumbado en el sillón de su salón, que al mirar el gimnasio a
través de su ventana inmediatamente rechaza aquel “insensato” impulso de
ejercitarse pensando en el dolor que sentirá tras el ejercicio; nosotros nos
estremecemos ante la idea de ejercitar el cerebro ¿o debería decir la consciencia?
Nos estremecemos ante la idea de intentar buscar la base de la realidad… todo
esto por estar enfocados en la lucha interna que supone y no en la estabilidad,
en la paz a la que se puede llegar al descubrir el camino que te lleva a la
Verdad.
Así como sientes orgullo al comenzar
esa clase en la que llevabas meses pensando inscribirte. Igualmente es tu alegría,
o mejor dicho mayor, al divisar una pequeña parte de lo que te lleva a pensar.
Puede que aún no hayas recorrido largo trecho, que solo hayas dado un paso.
Pero cómo dijo un grande: “Quien empieza ya tiene hecha la mitad, atrévete a
ser sabio, empieza.”
Y es esta la filosofía bajo la cual
construimos este blog, es posible que ahora no podamos percibir la conexión
entre los temas. Pero sí sabemos que todo es para llegar a ese punto, a esa
verdad. Es dilucidar. Es ese caminar que vamos compartiendo, y al cual
invitamos, entregando un poquito de nuestro ser para ayudar en la búsqueda de
todos. Después de todo, siendo Más de 1, más fácil llegar. Y, ¿quién sabe?, a lo
mejor el fin sea más grande de lo que imaginamos.
Atrevámonos a buscar, atrevámonos a cuestionar,
a pesar de que nuestras neuronas lo resientan. Al final lo agradecerán.
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